Estrellas Amarillas
Las autoridades argentinas saben que esta gran iniciativa de Memoria, búsqueda de la Verdad y de la Justicia nació de la sociedad civil.
Mi hijo Manuel Lischinsky fue atropellado en el Monumento de los Españoles el 14 de mayo de 2006 y murió al día siguiente en el Hospital Fernández. Tenía 18 años.
Un año después un grupo de madres de víctimas viales me propuso hacer memoria y pintar la estrella. Siempre es un momento sanador. Lo repetíamos porque nos íbamos acompañando unos a otros en cada aniversario. Esta gran idea, amorosa y solidaria, había nacido unos años antes de un grupo de madres bonaerenses que conocí después: Teresa Mellano, Zulma Tarditi y Silvia González. Ellas se inspiraron en la acción del alcalde de Bogotá, Antanas Mockus que en 2001 había comenzado a marcar con estrellas negras las calles de la capital colombiana en donde habían ocurrido muertes por choques o atropellamiento, que podrían haberse evitado con la prudencia de los conductores.
Pero como madres reversionaron esa idea. Las estrellas serían primero, señales de memoria para homenajear a las víctimas, amarillas y de 5 puntas. Con el tiempo completaron el sentido del símbolo y sus 5 puntas: memoria, prevención, advertencia, conciencia, justicia.
En 2010 las mismas autoridades de la Ciudad nos propusieron instalar estrellas amarillas como señales verticales. Las reuniones por el cartel, como las llamábamos, con Carmelo Sigilito, director de Señalética, fueron muy instructivas. Le agradeceremos siempre su escucha y paciencia y diseño de un símbolo tan significativo para no olvidar que las muertes en tránsito son casi todas, casi todas, evitables.

La primera estrella vertical fue la de Manuel, el 16 de diciembre de 2010 en el cruce de Libertador y Sarmiento, desde entonces suman ya 264 símbolos de memoria y advertencia que nos reclaman atención porque todos somos tránsito.

Foto de estrella amarilla en via publica

Foto: Estrella Amarilla por Manu en el acto por los 10 años.

El flagelo vial no es accidental.